¡Hola de nuevo! J
La entrada de hoy
me parece especialmente importante porque es lo primero que todos, como alumnos/as,
preguntamos cuando cursamos una nueva asignatura o tenemos clase con un/a nuevo/a
profesor/a:
LA EVALUACIÓN.
Cuántas veces a lo
largo de vuestra vida estudiantil habéis preguntado aquello de….
¿Cuánto vale el
examen?
¿Cuánto suben los
trabajos voluntarios?
¿Esto cuenta para
la nota final?
Muchas, estoy
segura. Y ahora, desde el otro lado, los preguntados somos nosotros.
Para evitar esta
situación, como futura docente creo que hay tres aspectos claves que debemos dejar
claros desde el comienzo del curso: el tipo de evaluación que
aplicaremos, los criterios de evaluación que seguiremos (en función de los
objetivos y las estrategias fomentadas), y las herramientas de evaluación que
emplearemos (CRM, tablas de información, cuestionarios de respuestas abiertas,
etc).
Una evaluación debe
respetar tres principios básicos:
VALIDEZ: debemos
garantizar que evaluamos aquello que ha sido aprendido, y que la información
recogida refleja con exactitud la competencia de los estudiantes.
FIABILIDAD: debemos
garantizar que dos estudiantes del mismo nivel tendrán un mismo resultado con
las mismas pruebas realizadas.
FACTIBILIDAD:
debemos tener en cuenta aspectos como los tiempos requeridos, el número de
muestras recogidas, y el número de criterios de evaluación.
¿Quién evalúa?
Según la persona
que la lleve a cabo, podemos hablar de tres tipos de evaluación:
-Autoevaluación: la
realiza el propio estudiante con la finalidad de verificar su aprendizaje e identificar
los aspectos que debe mejorar y las estrategias de aprendizaje.
-Coevaluación: los
estudiantes se evalúan entre sí. Para ello, es importante dejar claro cuáles
son los criterios y herramientas de evaluación, así como el sistema de calificación.
-Heteroevaluación:
realizada por el profesor con la finalidad de evaluar el aprendizaje de una
clase. Esta debe estar muy bien planificada y preparada por parte del docente.
¿Cuándo evaluar?
Según el momento en
el que tenga lugar la evaluación hablamos de:
-Evaluación
inicial: se realizar al inicio del aprendizaje con la finalidad de orientar al
alumno y a docente.
-Evaluación
formativa: se realiza durante el aprendizaje con el objetivo de obtener
información sobre el progreso del mismo.
-Evaluación
sumativa: tiene lugar al finalizar el aprendizaje y pretende evaluar la
adquisición de las competencias, así como verificar el resultado del
aprendizaje.
Evaluación de la
expresión oral:
Este punto me
parece realmente importante pues, durante mi etapa como estudiante, apenas me
habían evaluado la expresión oral en lengua extranjera (solo mi profesor de
francés en 3º y 4º de la ESO). Por aquel entonces, no me preocupaba lo más
mínimo y creía que me manejaba más o menos bien en inglés (ilusa de mi). El
problema llegó cuando empecé el grado de Lenguas Extranjeras y tuve que hacer
exposiciones orales cada 15 días, ya que no sabía ni por dónde empezar, ni cómo
hacerlo, si estaría bien… Suerte que, poco a poco, fui adaptándome a tener que
usar el inglés la mayor parte del día.
Evaluar la
expresión oral no es nada fácil debido a que tenemos que prestar atención a
muchos elementos, como son el contenido del discurso, su estructura, la fonética,
la entonación, la gramática, los gestos, las miradas… Por ello, debemos usar las
herramientas adecuadas (lista de puntos de control, rúbrica de evaluación u
hoja de observación) que nos permitan valorar cada uno de estos aspectos
siguiendo la escala que consideremos oportuna (y que debemos fijar previamente,
por supuesto).
Por último, me
gustaría centrarme en los errores y su corrección pues, como comentan mis
compañeros y compañeras en sus portfolios, me parece muy importante corregir a
nuestros alumnos y alumnas intentando restarles importancia a sus errores, para
que aprendan a ver que no pasa nada si se equivocan. De lo contrario, podría
ocurrir que se sientan cohibidos a la hora de participar en clase y de expresarse
en la lengua extranjera. Siempre es complicado saber cuándo y cómo corregir a
un alumno ya que, si hacemos demasiadas correcciones, el alumno podría llegar a
desmotivarse.
Por estos motivos,
me parecen estupendas las técnicas de corrección propuestas por Carlos, como
son el uso de diferentes colores según el criterio empleado, indicar la forma
correcta encima o debajo del error, o emplear códigos en los márgenes. Estoy
deseando poder aplicar todo lo que estoy aprendiendo con mis alumnos y alumnas J
"Evaluar es valorar. Lo que se valora, mejora".
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