Esta nueva entrada
está basada en la lectura de los artículos propuestos por Carlos: Error Correction
y Writing Correction Code.
El primer artículo
está enfocado a la corrección de errores de índole oral y, en él, se habla muy
claramente de lo difícil que resulta corregir a un alumno cuando está
expresándose oralmente en inglés. El motivo principal de esto es que, si hacemos
demasiadas correcciones, interrumpimos al alumno en su discurso, lo que puede
ocasionar en él sentimientos de inseguridad.
Entonces, la
cuestión es, ¿cómo y cuándo debemos corregirlos? Está claro que cada profesor o
profesora tendrá su opinión al respecto y seguirá un método diferente, pero, desde
mi punto de vista, creo que la opción más acertada sería tomar notas durante la
intervención del alumno o alumna y, una vez finalice, explicarle brevemente
cuáles han sido los errores que consideremos más importantes. Además, creo que
sería conveniente facilitar un feedback
positivo para animar así al alumno en su aprendizaje.
En el primer artículo
se proponen también algunas ideas para corregir a nuestro alumnado y una de las
que más me ha llamado la atención es el de dejar que los alumnos escojan cuánto
quieren ser corregidos. Para ello, deben hacer un semáforo que pongan en su
mesa, de tal modo que: el color rojo implica que no quieren que se les corrija.
El naranja es un término medio, por lo que debemos centrarnos en corregir cosas
que ya debería saber o que son muy importantes. Por último, el color verde nos
permite realizar tantas correcciones como estimemos oportunas.
Otra cuestión que
señala el artículo y que me gustaría señalar es sobre el tipo de equivocaciones
que cometen los alumnos, es decir, si los errores que manifiestan son nuevos o
viejos. En el caso de tratarse de nuevos errores no debemos preocuparnos en
exceso ya que son producto del propio proceso de aprendizaje y del uso de nuevo
vocabulario o estructuras. Sin embargo, sin son errores que ya han sido
explicados, debemos aclararlos e intentar que se erradiquen cuanto antes para
que nuestro alumnado no los fosilice (una vez fosilizados resultan muy
complicados de eliminar ya que el aprendiente no los ve como un error).
La idea que se
propone para trabajar los errores también me parece muy buena y nunca antes
había visto trabajar con ella. Consiste en utilizar, por ejemplo, una hoja del
final de la libreta y dividirla en 3 columnas: en la primera pondremos el
error, en la segunda su corrección, y en la tercera alguna pequeña anotación
que nos ayude a no volver a cometer el error.
Mistake
|
Correction
|
Note
|
It depends
of the weather
|
It depends
on the weather
|
Not the
same as in Spanish
|
I've lived
in Barcelona since six years
|
I've lived
in Barcelona for six years
|
Since - for points in time
For - For periods
|
El Segundo artículo se centra en creación de códigos que nos ayuden a
trabajar con los errores como, por ejemplo, asignar una letra o letras determinada(s)
para cada tipo de error, como puede ser:
WW (Wrong Word)
WT (Wrong Time)
WO (Wrong Order)
SP (Spelling)
? (Not clear)
A continuación, podemos seleccionar los errores que nos parezcan más
importantes, interesantes o productivos y preparar una ficha para trabajar con
ellos en clase. Podemos dividir al alumnado en parejas o grupos de tres para
que trabajen en los errores e intenten corregirlos. Este tipo de actividad me
gusta mucho y me parece muy útil para trabajar la expresión escrita. De hecho,
durante el primer año de carrera, trabajamos muchas veces de este modo y,
personalmente, eso me ayudó a acabar con errores que llevaba cometiendo
bastante tiempo.
Como conclusión,
creo que lo mejor que podemos hacer a la hora de tratar los errores de nuestros
alumnos y alumnas es hablar con ellos sobre esto e intentar acordar un método
con el que todos, o al menos la mayoría, estén de acuerdo y se sientan cómodos.
Algún día, espero llevar todo esto que estoy aprendiendo a la práctica con mi
grupo de alumnos. Mientras tanto, iré probando alguna que otra cosa con mis
chicos y chicas de particulares J
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