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lunes, 6 de marzo de 2017

Actividad: entradas del CVC

En esta nueva entrada (que será algo más extensa de lo habitual) os traigo el resumen de algunas entradas del Diccionario Virtual Cervantes relacionadas con ciertos tipos de actividades, como ha sido nos ha pedido Ana. Seguro que recordaréis muchos de estos conceptos de entradas anteriores, así que ¡vamos allá! J

Actividad comunicativa  
Cuando hablamos de actividades comunicativas nos estamos refiriendo a actividades de aprendizaje diseñadas para que el alumnado aprenda a comunicarse usando la lengua, según sus necesidades e intereses. El objetivo principal de este tipo de actividades es pragmático, ya que se usa la lengua para conseguir algo (por ejemplo, obtener información sobre el precio de un artículo o pedir indicaciones para llegar a un lugar). Son actividades propias de modelos didácticos como, por ejemplo, el Enfoque por tareas.

Dentro de las actividades comunicativas, podemos distinguir entre actividades de precomunicación o de capacitación (en la que se trabajan determinadas estructuras lingüísticas) y actividades comunicativas o de comunicación (con las que se pretende desarrollar la capacidad de comunicación de forma global).

Las actividades comunicativas se caracterizan por tener transvase de información (extraemos información), vacío de información (solo tenemos parte de la información), dependencia interna (las fases de la actividad guardan relación entre sí), retroalimentación (los propios compañeros nos evalúan y ayudan en nuestro proceso de aprendizaje) y clarificación del contenido (intervención del docente para incidir en la corrección).

Ejemplos de actividades comunicativas serían los role plays (un alumno puede ser un/a dependiente/a y otro sería el cliente), o la resolución de problemas basados en la vida real (organizar una fiesta; cada alumno se ocuparía de una parte del proceso).

Por último, se entiende que la práctica oral y escrita “auténticamente comunicativa” es el mejor camino para conseguir el desarrollo del uso de una lengua.

Actividad de aprendizaje
Las actividades de aprendizaje son todas aquellas acciones “que realiza el alumno como parte del proceso instructivo que sigue” ya sea dentro o fuera del aula. Estas actividades son muy variadas y debemos escogerlas en cada ocasión dependiendo del método o enfoque didáctico que se esté empleando, el nivel de los aprendientes, el propósito de la actividad, o las destrezas lingüísticas que predominan. Por ejemplo, se pueden utilizar actividades de warm up al principio de una clase, o algún juego al acabar una actividad que exija una alta concentración (después de un examen).

Para diseñar actividades, M. Finocchiaro propone los siguientes principios:
1.     Tomar la experiencia personal de los alumnos como punto de partida para el aprendizaje.
2.     Empezar el nuevo aprendizaje a partir del nivel alcanzado previamente por el aprendiente.
3.      Cada aprendiente sigue su propio ritmo e itinerario.

En cuanto al grado de dificultad de la actividad, debemos tener en cuenta diversos factores como, por ejemplo, si está suficientemente contextualizada, el grado de complejidad lingüística y cognitiva, el grado de familiaridad del alumnado con el tema o tipo de actividad… El éxito de las actividades depende, pues, del diseño de estas, así como de la motivación y actitud del alumno/a.

Actividad de práctica controlada
Al hablar de actividades de práctica controlada nos referimos a actividades de aprendizaje en las que los alumnos y alumnas “deben seguir con cierta fidelidad un texto o unos modelos lingüísticos y el profesor controla el grado de corrección”. En la enseñanza tradicional de la lengua extranjera, este tipo de actividades consisten en seleccionar uno o dos elementos lingüísticos y repetirlos (como los drills), un procedimiento muy poco motivador y que provoca que el aprendizaje sea poco significativo.

La técnica de la repetición se sustenta en la teoría conductista (desarrollada por Watson y Skinner, entre otros), la cual defiende que el aprendizaje de la lengua extranjera se basa en formar hábitos lingüísticos mediante la repetición fiel de unos modelos. Por tanto, no se da pie a que el alumno pueda experimentar con la lengua extranjera o con su propio aprendizaje, ya que el profesor actúa como “director de orquesta” y decide quién y cómo interviene.  


Actividad de práctica libre
En el otro extremo de las actividades de práctica controlada encontramos las actividades de práctica libre, en las cuales los alumnos y alumnas “deben usar de modo creativo los conocimientos o destrezas que han sido presentados y practicados previamente”.

Las actividades de práctica libre se caracterizan por pretender orientar el uso de la lengua hacia la comunicación, ya que su objetivo es la fluidez, y para ello deberán ser planteadas de forma motivadora.  Este tipo de actividades busca que el alumnado:
Ø  integre los conocimientos y habilidades ya adquiridos para aplicarlos a un contexto/situación nueva,
Ø personalice los contenidos aprendidos relacionándolos con sus propias ideas/experiencias/sentimientos…
Ø    tenga un papel activo al haber flexibilidad de formas lingüísticas empleadas,
Ø    negocie los significados en la interacción con los demás miembros de la pareja o grupo.

Actividad posibilitadora
Las actividades posibilitadoras son aquellas actividades de aprendizaje que se realizan en el marco del enfoque por tareas y son fases preparatorias de la tarea final. En este modelo, la comunicación es el objetivo del aprendizaje, pero también el medio con el que se aprende la propia lengua. Por ejemplo, para llegar a la tarea final de pedir indicaciones para encontrar un museo, primero debemos proponer diversas tareas posibilitadoras en las que trabajemos ciertos aspectos como el vocabulario necesario para hacer esta petición, o la pronunciación de las expresiones que vamos a utilizar.

El modelo de las tareas suele relacionarse con el concepto de autonomía del aprendizaje porque permite la intervención activa del alumnado a la hora de seleccionar los contenidos y habilidades que se vayan a desarrollar.

Actividades de la lengua
El término actividades de lengua es el que usa el MCER (Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas) para referirse a aquellas tareas que realizamos “con el lenguaje natural en nuestra interacción con otros en un medio social” y “con el propósito de alcanzar unos objetivos concretos”. Para poder llevar a cabo estas actividades, es necesario utilizar unas competencias y unas estrategias que nos permitan llevar a cabo los procesos lingüísticos necesarios.

En su propuesta, el MCER habla de los siguientes procesos lingüísticos:
1.     Actividades y estrategias de expresión.
2.     Actividades y estrategias de comprensión.
3.     Actividades y estrategias de interacción.
4.     Actividades y estrategias de mediación.

1) Actividades y estrategias de expresión
En didáctica de la lengua extranjera, las actividades de expresión son aquellas actividades de lengua “que realizan los alumnos utilizando unas competencias y desarrollando unos procesos lingüísticos de expresión oral o escrita, con el propósito de alcanzar unos objetivos concretos (informar, convencer…)”. Por su parte, las estrategias de expresión son unos recursos comunicativos que les ayudan “a llevar a cabo con éxito la actividad lingüística en cuestión”.

Algunos ejemplos de actividades de expresión oral serían realizar comunicados públicos para dar información o dar una opinión sobre un tema planteado. Como ejemplos de actividades de expresión escrita podríamos citar la redacción de eventos o sucesos, escribir cartas/correos, o tomar notas de una explicación/vídeo.

En cuanto a las estrategias de expresión, existen múltiples opciones y cada una de ellas es apropiada para un determinado momento del proceso de expresión. Por ejemplo, para la fase de planificación es importante tener en cuenta quién es el destinatario y seleccionar, así, el registro, tono, expresiones, estructura discursiva…


2) Actividades y estrategias de comprensión
Las actividades y estrategias de comprensión son aquellas actividades de lengua “que realizan los alumnos utilizando unas competencias y desarrollando unos procesos lingüísticos de comprensión auditiva o lectora, con el propósito de alcanzar unos objetivos concretos (aprender unos conceptos, informar…). Las estrategias de comprensión nos ayudan a llevar a cabo dicha actividad.

Como ejemplos de actividades de comprensión auditiva el MCER menciona escuchar programas de radio para obtener información específica o escuchar un aviso público para captar la esencia del mensaje. Como ejemplos de comprensión lectora podemos leer artículos de revista o periodísticos para captar la idea general o leer una novela. Además, en el MCER se mencionan también las actividades de comprensión audiovisual, como podrían ser leer un texto en voz alta o ver una película con subtítulos.

En cuanto a las estrategias, al igual que he mencionado más arriba, varían según el momento del proceso de comprensión, en este caso. Por ejemplo, en la fase inicial de planificación tiene lugar el encuadre, el cual consiste en identificar el contexto total y los conocimientos del mundo adecuados a ese contexto, recuperar de la memoria unos esquemas mentales, adaptarlos y ponerlo en funcionamiento, y establecer unas expectativas en relación con el texto con el que vamos a trabajar.

3) Actividades y estrategias de interacción
En este tipo de actividades, dos o más alumnos “se van turnando en sus papeles de emisor y receptor de mensajes y van construyendo conjuntamente una conversación o un texto escrito, mediante la negociación de significados y siguiendo el principio de cooperación”. Como ya he mencionado anteriormente, las estrategias (en este caso de interacción) les ayudan a llevar a cabo con éxito la actividad lingüística en cuestión.

Las interacciones pueden ser clasificadas en orales (los interlocutores desempeñan los papeles de hablante y oyente) y escritas (los interlocutores desempeñar los roles de escritor y lector), aunque también podemos hablar de otros canales de interacción como el audiovisual (lenguaje corporal) o el paralingüístico (dibujos).

El MCER propone como actividades de interacción los debates, las conversaciones casuales o las entrevistas. Por otra parte, como estrategias de interacción podríamos citar el mismo ejemplo utilizado para las estrategias de comprensión (encuadre).

4) Actividades y estrategias de mediación
Las actividades de mediación son aquellas en las que el usuario no expresa sus propias ideas u opiniones, sino que “actúa como intermediario o mediador entre otras personas que no pueden comunicarse de forma directa, ya sea en la lengua oral o en la escrita”.

En general, la mediación consiste en traducir o interpretar lo que los hablantes de distintas lenguas quieren expresar. Por ejemplo, el MCER cita la interpretación simultánea, la traducción literaria o el resumen. Además, con el fin de solventar las dificultades que puedan presentarse en la actividad de mediación, el mediador utiliza una serie de estrategias (como preparar un glosario, o analizar las necesidades del interlocutor) que le ayudan a crear un texto nuevo, manteniendo siempre el significado del original.


Espero que os haya parecido interesante este post y que os resulte útil para conocer los diferentes tipos de actividades que podemos desenvolver en el aula.

1 comentario:

  1. Da la sensación de que te han quedado muy claras las diferencias entre estos conceptos. Es importante. Buen trabajo.

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